sábado, febrero 27, 2010

A B C


Y después de apostarle al olvido...


esta mañana

desperté vivo

con mis manos

llenas de sangre.

Me despertó el llanto

de los niños.

Un latido leve

en el silencio.

Creí que era bueno

pero no hice nada

y el tiempo

llego tarde


otra vez.